La consulta Médica para el adulto mayor tiene la finalidad de que el paciente alcance el mayor nivel posible de independencia y autonomía, para que pueda tener una vida autosuficiente. Busca que el anciano pueda permanecer en su entorno habitual, viviendo en su propio hogar.
¿Qué es la Geriatría?
La geriatría es la especialización de la medicina que ve las enfermedades de la ancianidad. Esta rama médica se dedica a diagnosticar, tratar, curar y prevenir trastornos que afectan a los individuos en la vejez.
Esta especialidad estudia, previene, diagnostica y trata las enfermedades de las personas adultas mayores; no solo se centra en la enfermedad, sino en la salud total del adulto mayor.
La geriatría, es el resultado del reconocimiento de que la vejez no es en sí misma una enfermedad, sino un periodo más del ciclo de vida.

La geriatría es la rama médica dedicada al cuidado de los adultos mayores que toca aspectos preventivos, terapéuticos, rehabilitatorios y paliativos integrando los aspectos sociales y familiares. Proporciona herramientas para la atención del adulto mayor enfermo en etapas agudas, subagudas y crónicas.
Su objetivo fundamental es la conservación de la autonomía y la autovalía del adulto mayor utilizando abordajes que integren las enfermedades de mayor prevalencia, las más discapacitantes y aquellas que condicionan dependencia. Con un horizonte dominado por la patología crónica, la geriatría propone mejores formas de gestionar la enfermedad diseñando modelos de cuidados progresivos en donde participe tanto el equipo multidisciplinario de salud, el adulto mayor, la familia y la sociedad entera.
Atención médica para el adulto mayor
Objetivos
- Manejo de las condiciones comunes de los adultos mayores, englobadas en los síndromes geriátricos: demencia, delirium, depresión, caídas, trastornos de la marcha y el equilibrio, trastornos del sueño, incontinencia, dependencia funcional, desnutrición, trastornos orales y dentales, dolor, fragilidad, síncope, entre otros.
- Gestión de la enfermedad crónica para afecciones prioritarias en los adultos mayores: diabetes, síndrome metabólico, falla cardiaca, cáncer.
- Reconocimiento de la heterogeneidad y la complejidad del proceso de envejecimiento y sus desenlaces. Adulto mayor sano, fragilización precoz, riesgo de discapacidad, enfermedad terminal.
- Comprensión y reconocimiento de la interacción entre el envejecimiento, la enfermedad, el estado clínico y el estado funcional del paciente.
- Comprensión del uso apropiado de los medicamentos.
- Coordinación del cuidado entre todos los posibles proveedores a fin de mantener la independencia funcional y la calidad de vida.
- Evaluación y organización de los servicios sociales y de salud, para propiciar la productividad y la inserción social del adulto mayor.
- Asistencia para los familiares y cuidadores, que encaran las decisiones y el cuidado relacionados con la declinación funcional; la pérdida de la autonomía, la provisión de cuidados y los retos que impone la enfermedad terminal.
- Inserción del adulto mayor en la comunidad.
Tipos de envejecimiento
Envejecimiento ideal
Es cuando el estado de salud es muy bueno y los factores de riesgo son bajos. El adulto es capaz de realizar actividades de la vida diaria. Es autosuficiente y no padece enfermedades crónicas. No tiene deterioro cognitivo, percibe su salud como buena, no fuma y no bebe.
Envejecimiento activo
Es cuando hay un estado de salud muy bueno y factores de riesgo medios o altos. El adulto tiene una enfermedad crónica. Percibe su estado de salud como regular, tiene alguna dificultad para realizar actividades de la vida diaria aunque es independiente, no sufre deterioro cognitivo.
Envejecimiento habitual
Es cuando el estado de salud es regular y los factores de riesgo son medios o bajos. La persona tiene más de una enfermedad crónica, tiene limitación en las actividades de la vida diaria con incapacidad funcional, aunque se mantiene independiente; deterioro cognitivo leve o ninguno.
Envejecimiento patológico
Es cuando el estado de salud es regular con riesgos altos; o bien, un estado de salud malo sin importar los factores de riesgo. La persona tiene enfermedades crónicas; mala autopercepción de salud, padece deterioro cognitivo, presenta discapacidad y muy probablemente es dependiente de terceros.
Médico para el adulto mayor
Suele surgir la duda. ¿Cuándo una persona mayor es un paciente geriátrico? Consideramos que va a depender mucho de las necesidades de cada paciente. NO HAY UNA EDAD CONCRETA. Tendemos a relacionarlo sobre todo con la funcionalidad física, cognitiva, emocional y social de la persona.
No hay que esperar apoyarse en un bastón o andadera para acudir a la consulta médica para el adulto mayor y comenzar a prevenir enfermedades propias de la edad. Ya al cumplir los 50 años toda persona debe iniciar la consulta geriátrica, porque ahí vas se aprende cómo cuidarse, de manera que cuando se tengan 80años todavía se sea funcional; si ese cuido comienza tarde, no se podrá revertir tal declive.
¿Cuándo acudir a la consulta médica para el adulto mayor?
- Mayores de 65 años. En ellos es necesario enfocar actividades preventivas personales para lograr un envejecimiento exitoso. El control anual permite la recomendación de estilos de vida, nutrición, ejercicio físico y actividad mental; así como exámenes personalizados y vacunas específicas para este grupo de pacientes. Permite; además, la detección precoz de disminución de memoria y capacidad cognitiva, pérdidas insignificantes de funcionalidad y estar alerta ante la presencia de signos y síntomas que predicen la aparición de enfermedades.
- Mayores de 65 años. Se recomienda ir al geriatra cuando se está con más de tres enfermedades crónicas; y que habitualmente ingieren más de cinco fármacos diferentes. El foco en estos pacientes es evitar la interacción de medicamentos que produzcan eventos adversos. Se recomiendan actividades para evitar la progresión de las enfermedades, o que se agreguen complicaciones de las mismas, manteniendo la capacidad para funcionar en forma autónoma.
- Pacientes mayores de ochenta años, con o sin patología crónica. Estos pacientes presentan disminución de sus capacidades fisiológicas; están expuestos a presentar enfermedades agudas que con facilidad necesitan de hospitalización para su mejora.
- Pacientes que presentan enfermedades propias del envejecimiento, como demencia, incontinencia urinaria, alteraciones de la marcha y osteoporosis, entre otras.
- Adultos mayores institucionalizados en casas de reposo.
Si estas dentro de estos grupos o algún familiar no tardes en programar tu cita con el geriatra, para envejecer con calidad de vida.