¿Qué es el autismo?
El autismo TEA es un trastorno del neurodesarrollo de base neurobiológica con una prevalencia de 1 en 36 personas y claro predomino en varones.
Se caracteriza por déficits en la cognición social y la comunicación, intereses restringidos y conductas estereotipadas y está asociado a disfunciones sensoriales, otras condiciones del neurodesarrollo, trastornos neuropsiquiátricos, epilepsia y/o trastornos del sueño, y a patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento.
Los trastornos del neurodesarrollo abarcan un conjunto diverso de condiciones, cada una con su propia presentación clínica. Sin embargo, comparten un origen temprano en el desarrollo del sistema nervioso, que puede ser influenciado por factores genéticos, ambientales o una combinación de ambos, y que interrumpe las complejas secuencias involucradas en el desarrollo cerebral típico.
Esta condición acompañará a las personas a lo largo de toda la vida y justamente uno de los grandes desafíos son los aspectos sociales e interpersonales cotidianos.
Signos de alarma en le autismo TEA
Los signos del autismo TEA incluyen dificultades en la comunicación, como la ausencia de balbuceo o palabras a los 12 meses de edad y la falta de interés en la interacción social. También se observan comportamientos repetitivos, como patrones de movimiento o juego, como balanceo o alinear objeto.
La falta de contacto visual y la falta de respuesta cuando se llama por su nombre son indicadores. Además, el aislamiento social, como mostrar poco interés en jugar con otros niños y preferir actividades solitarias, también es motivo de alerta.
Entre los seis y doce meses pueden presentar un interés atípico por sus manos y centrarse en objetos estáticos de su ambiente, pueden demostrar falta de interés en los juegos y objetos móviles, y presentan un atraso del lenguaje expresivo y receptivo.
Co frecuencia existen comórbidos comunes, como problemas para dormir y de la función motora, así como la asociación con la epilepsia, déficit de atención, ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo, entre otros.
El TEA se agrupa alrededor de una triada de síntomas
- Deficiencias persistentes en la interacción social
- Deficiencias persistentes en la comunicación social
- Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
El autismo TEA se diagnostica con base en la presencia simultánea de estas tres características. Estas aparecen a una temprana edad (antes de los 36 meses), por o que las entrevistas a los padres son necesarias para confirmar su presencia dentro de los tres primeros años de vida.
Es importante notar que este criterio diagnóstico hace del autismo una condición caracterizada conductualmente. No existe un marcador biológico claro y definitivo del autismo, sino que es necesario una valoración observacional de estas tendencias específicas en lo social, lo comunicativo y lo cognitivo a través de dimensiones como la interacción social, el lenguaje y la presencia de conducta restringidas o repetitivas.
Tratamiento para el autismo TEA
El objetivo del tratamiento es maximizar su capacidad para desempeñarse al reducir los síntomas del trastorno y respaldar el desarrollo y el aprendizaje. La intervención temprana durante los años preescolares puede ayudar a aprender habilidades fundamentales de conducta, de comunicación, funcionales y sociales.
Terapias de comportamiento y comunicación
Muchos programas abordan la variedad de dificultades sociales, de lenguaje y de comportamiento asociadas al trastorno del espectro autista. Algunos programas se centran en reducir las conductas problemáticas y en enseñar nuevas destrezas. Otros, se enfocan en enseñarles cómo actuar en situaciones sociales o cómo comunicarse mejor con los demás. El análisis conductual aplicado puede ayudar a los niños a aprender nuevas habilidades y generalizarlas a varias situaciones a través de un sistema de motivación basado en recompensas.
Terapias educativas
A menudo, responden bien a los programas educativos muy estructurados. Estos constan de un grupo de especialistas y una variedad de actividades para mejorar las destrezas sociales, la comunicación y el comportamiento. Los niños en edad preescolar que reciben intervenciones de comportamiento intensivas e individualizadas en general muestran un buen avance.
Terapias familiares
Los padres y otros familiares pueden aprender a jugar e interactuar con sus hijos en formas que promuevan las destrezas de interacción social, controlen los comportamientos problemáticos y les enseñen destrezas y comunicación de la vida cotidiana.
Otras terapias
Terapia de conversación para mejorar las habilidades de comunicación, terapia ocupacional para aprender actividades de la vida diaria y fisioterapia para mejorar el movimiento y el equilibrio. Un psicólogo puede recomendar maneras de abordar los comportamientos problemáticos.
Medicamentos
Ningún medicamento puede mejorar los signos centrales del trastorno del espectro autista, pero algunos medicamentos específicos pueden ayudar a controlar los síntomas. Por ejemplo, se pueden recetar ciertos medicamentos si es hiperactivo; a veces, se usan medicamentos antipsicóticos para tratar los problemas graves de comportamiento; y se pueden recetar antidepresivos para tratar la ansiedad. Los medicamentos siempre deben ser indicados por un médico.
MSc: Mariela Garrido Soto
Bibliografía